MANIFIESTO FEMINISTA

 

Cuando realicé la "Herida koñika" y la expuse en el Aula de Cultura de Algorta junto a las demás "Heridas" en 1989, sucedió algo realmente asombroso: clases enteras de chavales se acercaban curiosos y en religioso silencio para detenerse ante la "Herida koñika" y hacían comentarios en voz tan baja que nunca logré descifrarlos.
Esa herida fué la única pieza que se vendió en esa exposición, por lo que, a pesar de que las heridas fueros expuestas en bastantes espacios de arte, incluída la Galerie Luolou Lazard de Berlín en 1990, la "Herida koñika" nunca volvió a ser expuesta y por consecuencia no causó revuelo.
Hace unos días, en la sala de subastas Apolo, de Bilbao, me comunicaron que iban a sacar a subasta la "Herida koñika", debido a que el actual propietario deseaba venderla; había causado cierta sorpresa que hace 17 años yo hubiera realizado una pieza reivindicativa tan expresiva de lo que actualmente está tan en boga: el maltrato de género; yo misma me sorprendí un poco, aunque no demasiado porque ya estoy acostumbrada a sorprenderme a mi misma.
Es una constante en mi trayectoria de pintora que mis cuadros me digan lo que siento antes de haberlo expresado con palabras; en el caso de la "Herida Koñika" es más espectacular de lo habitual puesto que mi feminismo todvía no había salido a la luz: ni siquiera yo sabía que era feminista. Ha sido a través de los años cuando he ido poniendo cada pieza en su sitio hasta que el rompecabezas de mi feminismo ha tomado forma, y es curioso que justo ahora la "Herida Koñika" haya vuelto a aparecer en la escena del arte.
No tengo mucho que decir, la "Herida Koñika" es una pieza que habla por si sola. Incluso los materiales con los que ha sido confeccionada expresan el desgarro que supone para una mujer ser herida en lo más profundo de su ser.
La "Herida Koñika" es mi manifiesto feminista.

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